Caso Venezolano.


CASO VENEZOLANO

“Padecer una enfermedad crónica es más grave en medio de la crisis” El Sacrificio de Mago, Moliné y Ferrer, de recurrir a la salud privada, no es casualidad. Para pacientes y trabajadores, la Unidad Oncológica Klever Ramírez Rojas, situada en el hospital Luis Razetti de Barcelona, es una muestra innegable de la realidad que atraviesa el sistema público. Su fachada no da cuenta de la crisis, pero puertas adentro enfrenta fallas. Equipos dañados, falta de reactivos y medicamentos ponen en la cuerda floja la vida de muchos. A pesar de que fue creada en 2009 con la enorme responsabilidad de brindar atención a más 700 mil habitantes de Anzoátegui, Monagas y Delta Amacuro, una paciente que prefirió el anonimato dijo que de las dos máquinas para radioterapia sólo funciona una, lo cual reduce a la mitad la cantidad de gente atendida. Un trabajador, que también omitió su identidad, indicó que la máquina de medicina nuclear con la que se realiza la gammagrafía (prueba de imagen parecida a las radiografías, tomografía computarizada o resonancia magnética, que es muy útil para diagnósticos) fue reparada, pero no puede ser usada porque no hay reactivos. Por ello el despistaje es muy difícil (21.02.2016).

Enero pasó entre la esperanza y la angustia por la falta de isótopos radiactivos para el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Llegada la segunda semana de febrero, la situación que viven los pacientes de todo el país es de desesperación. El diagnóstico nacional: desde diciembre pasado no queda "ni una gota" de yodo radiactivo 131 utilizado para tratar los casos de cáncer de tiroides. "La situación es nacional, tanto en hospitales como en clínicas", aseguró Marjorie Chaparro, encargada de Medicina Nuclear del Centro Médico Docente La Trinidad. Semanalmente se importaban entre 40 y 44 cápsulas del yodo para atender a más de 160 pacientes ubicados en todo el territorio nacional. Pero la escasez ha obligado a los médicos a paralizar las consultas. "Es indispensable que los pacientes (con cáncer de tiroides) reciban tratamiento con yodo radiactivo 131 después de una cirugía", explicó la especialista. Pero no se trata solo del yodo 131, sino también del tecnecio 99, utilizado principalmente para gammagrafías óseas (en los casos de metástasis) y renales, además de estudios cerebrales y cardiológicos. "Esto no está llegando desde la semana pasada. Es decir, toda Venezuela está paralizada para el diagnóstico", alertó Chaparro (12-02-2014)

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